miércoles, 5 de octubre de 2011

A LA NAJARRA DESDE LA ERMITA DE SAN BLAS (SOTO DEL REAL) 1/10/2011

Hola chavales. 
Unas palabrejas de la salida del sabado.
 
Deliciosa ruta a la Najarra (2122) desde los Alrededores de Soto del Real, además del paseo la intención era “pescar algunas sardinas”
Ya en el pueblo nos reunimos Juan, Jorge, Alfredo y un servidor arrimado a última hora y cosa curiosa, también coincidimos con Japi y compañía que tenía pensado subir a Asómate de Hoyos y bajar a la Pedriza.
Empezamos en la Ermita de San Blas (1200 + o -), sitio habitual de la zona tanto para senderistas como para ciclistas. La subida fue tranquila casi todo por pistas con bastante gente sobre dos ruedas con ganas de dejarse unos gramos en el camino y alguno parte de sus cuernos en algunas bajadas de infarto.
Ya en el puerto de la Morcuera (1796) nos paramos a tomar algo viendo como unos niños se lo pasaban bomba tirando piedras a lo que podría ser el inicio del arroyo de San Blas. Lo último que les oímos fue, ¿dónde van esos señores?,,, vete a saber lo que le dirían su padres.
El trozo que nos quedaba hasta la cima fue más fácil de lo que pensaba, creía que lo que faltaba, más o menos la mitad de desnivel iba a ser largo y cansado, pero no, llegamos tranquilamente a la cima y después de deleitarnos con todo lo que nos alcanzaba la vista comimos con nuestra consabida siesta de propina.
Nos preparábamos para irnos cuando llego un grupo de gente que debía estar haciendo la Cuerda Larga pero que parecían niños gritones, dando voces a los cuatro vientos, debían estar muy contentos por estar finalizando la Cuerda, con lo a gusto que estuvimos hasta entonces.
Haciendo de tripas corazón (ya sabéis, comida, siesta, pereza) empezamos la bajada en dirección de Cuatro Calles, siguiendo unos hitos bastantes escasos y que nos daban mala espina. Efectivamente la cosa se complicó como muchas veces nos ha pasado y terminamos haciéndolo a lo Sendas,, por el camino “denmedio”, tirándonos por unas laderas empinadas llenas de troncos podridos y hojas de pino, todo esto por el Barranco de San Blas hasta encontrar la primera pista forestal. Desde aquí para no ser menos seguimos cortando ladera abajo hasta la zona de “pesca de las sardinas” y cual sería nuestra sorpresa (o no) que no había nada de nada, lo poquito que vimos estaba escaso y raquítico con lo cual cogimos alguna muestra y nos fuimos a tomar unas cervezas a Soto, para quitarnos el mal sabor de boca.
Chao